Arquitectura bioclimática

5 sencillas claves para una Arquitectura Sostenible (en Zaragoza)

Pasamos el 90% de nuestra vida dentro de los edificios. La arquitectura es algo consustancial al ser humano, fruto de nuestra necesidad de mejorar el entorno, consiguiendo producir espacios más confortables y seguros. El problema viene cuando esa arquitectura consume el 50% de la energía que se produce a nivel mundial. Casi nada.

Se hace por tanto evidente la necesidad de optimizar los recursos de los que disponemos y enfoncar esfuerzos hacía una arquitectura bioclimática de calidad.  

La tecnología puede ser una gran aliada para a la hora de ser eficientes, pero la clave sobre todo reside en diseñar una arquitectura que demande poca cantidad de energía. En esto último es donde nos vamos a centrar en este artículo y sobre todo enfocado a un clima como el de Zaragoza.

Zaragoza es una ciudad con un clima particular. Los inviernos son fríos. Las nieblas y el viento de noroeste (Cierzo) son frecuentes, e incluso tenemos heladas varios días al año. Por contra los veranos son especialmente calurosos, y los termómetros alcanzan los 40ºC (o incluso más) sin demasiados problemas. 

Para poder conseguir una arquitectura que demande poca energía, es tremendamente importante conocer bien el clima de nuestra tierra, y actuar en consecuencia atendiendo a una serie de criterios que vamos a explicar a continuación. ¡Vamos con las 5 claves básicas!

1- Los edificios compactos consumen menos energía

Arquitectura bioclimática

Esto es una de las máximas aplicables en general a cualquier clima, pero es especialmente importante en uno como el de Zaragoza debido a las grandes oscilaciones térmicas entre el día y la noche, y entre las diferentes estaciones del año.

Cuanta mayor sea la envolvente de un edificio, mayor demanda energética va a requerir. Tan simple como eso. Así, por ejemplo, una esfera es la forma geométrica que mejor relación guarda entre su volumen y su superficie. Por cuestiones obvias, no resulta viable la construcción de edificios con forma de esfera, pero sirve para que entendamos el concepto.

Si comparamos una vivienda que se «desparrama» en una sola planta, frente a una vivienda con exactamente la misma superficie pero dividida en dos plantas y con forma de cubo (compacta), en un clima como el nuestro, esta segunda puede llegar a consumir entre un 20% y un 25% menos que la primera ¡tan solo por la forma!

Parece de locos no tener cuestiones tan sencillas como esta en cuenta desde el principio ¿no creéis?

2- Combinar aislamiento con Inercia térmica

Aislamiento térmico

En regiones como la nuestra (gran la oscilación térmica entre el día y la noche) y cuando el uso del edificio en cuestión sea continuado (primera vivienda, oficinas, etc.) la inercia térmica se presenta como un concepto clave a tener en cuenta.

La inercia térmica de un determinado material la podemos definir como la capacidad del mismo para almacenar el calor. Esto quiere decir que un edificio con alta inercia térmica es capaz de equilibrar la temperatura en el interior mucho mejor que un edificio de las mismas características pero con baja inercia.

Un elemento constructivo muy común de elevada inercia térmica puede ser por ejemplo el ladrillo macizo. 10 cm de aislamiento térmico pueden aislar en torno a 30 más que 10 cm de ladrillo macizo, pero esos mismo 10 cm de ladrillo macizo son capaces de almacenar 300 más calor que los 10cm de aislamiento. Combinando ambos, tenemos una solución espectacular desde un punto de vista energético.

Eso sí, muy importante. Para que sea efectivo, el aislamiento térmico debe colocar por el exterior, exponiendo la masa térmica hacia el interior del edificio. Si lo hacemos al revés no conseguiremos prácticamente nada.

Si tenemos en cuenta esto, algo relativamente sencillo de conseguir, en un clima como el de Zaragoza el rendimiento energético de nuestro edificio de optimiza sobremanera.

3- El sol es nuestro aliado en invierno y nuestro enemigo en verano

Protección solar edificios

En una región como Zaragoza, el sol es de lo más agradable en invierno, pero de lo más molesto en verano. Para conseguir un edificio que se comporte correctamente en ambas estaciones, debemos de intentar captar la mayor radiación posible en invierno y protegernos del sol lo máximo que podamos en verano.

Para conseguir esto, la clave está en abrir nuestro edificio al sur para recibir los rayos del sol en invierno, pero protegido con aleros, porches o pérgolas para evitar el temido sol en verano.

Conseguir esto es algo de lo más sencillo. La inclinación del sol varía enormemente a lo largo del año. En Zaragoza, para invierno tenemos una inclinación del sol respecto a la superficie de unos 25º, mientras que en verano esta inclinación se va hasta los 70º aproximadamente, casi 3 veces más. Esto quiere decir que simplemente un pequeño alero bloquea los rayos solares en verano, pero permite sin ningún problema que estos pasen al interior de la vivienda en invierno.

De esta manera conseguiremos calentar por efecto invernadero el interior del edificio en invierno de manera gratuita, y evitaremos sobrecalentamientos indeseados en verano. Todo ventajas.

4-Protegerse del viento en invierno (Cierzo)

Protección viento

Tener en cuenta la dirección de los vientos de una determinada zona es fundamental, pero adquiere especial importancia en una ciudad como Zaragoza. Simplemente evitar la exposición directa al viento en invierno supone un ahorro energético de entre un 15% y un 20%, es decir, una auténtica barbaridad.

En Zaragoza, en importante conocer que el Cierzo sopla desde el noroeste, y para protegernos correctamente debemos estudiar la topografía de la zona en la que se va a instalar nuestro edificio, y eligir con acierto la ubicación para el mismo (cuando haya opción), con el objetivo de que la propia naturaleza nos proporcione la función de cortavientos. 

En caso de que esto no sea posible porque por ejemplo nos encontramos en una llanura y hagamos lo que hagamos estamos muy expuestos al viento, es también muy eficaz crear barreras vegetales o artificiales que realicen esa función (árboles, setos, vallas, muros vegetales, patios…)

Para que esto sea efectivo, el edificio no debe situarse respecto de la barrera, bien sea natural o artificial, a una distancia mayor de 5 veces la altura del cortaviento. De este modo nos aseguramos reducir la exposición al menos en un 50%.

5- Favorecer la ventilación en verano (Bochorno)

Ventilación cruzada

El bochorno es un viento caliente que sopla en verano en Zaragoza y que procede del sureste, es decir, justo al contrario que el Cierzo. Esto quiere decir que aunque tengamos barreras para cortar el Cierzo, en verano el viento del sudeste puede alcanzarnos sin problemas, y por lo tanto ventilar la vivienda por la noche. Algo de lo más recomendable.

En un lugar donde los termómetros se sitúan a 40º durante 2 meses seguidos, resulta fundamental ventilar la vivienda por la noche para evitar sobrecalentamientos. Que nuestro edificio cuente con una correcta ventilación cruzada es importante. De este modo el aire se renueva en escasos minutos, y oxigenamos el ambiente al mismo tiempo que conseguimos un mayor confort térmico. 

Para que una ventilación cruzada sea efectiva, la profundidad del espacio no debe superar 5 veces la altura del mismo.

Si por la circunstancia que sea no resulta posible realizar ventilación cruzada, para que la ventilación natural no resulte ineficiente, el espacio no puede poseer una profundidad mayor de 6 metros.

Para apoyar al refrescamiento y ventilación nocturna, podemos ubicar una masa de agua previa a la entrada del aire en la vivienda. El agua conserva la temperatura excepcionalmente bien,  como 4 veces mejor que el hormigón, lo que quiere decir que por ejemplo un estanque de agua,  en verano está más fresco que la temperatura del aire. Si conseguimos que el bochorno nocturno pase por la zona del estanque antes de penetrar en nuestra vivienda, obtendremos un aire refrescado por el agua y por lo tanto un mayor confort térmico.

Existen muchísimas más medidas que pueden ser tomadas en cuenta, y dependiendo de cada caso en particular será más acertado aplicar unas u otras, pero estas 5 explicadas aquí son relativamente sencillas de conseguir y muy efectivas. 

De hecho, una vivienda que las cumpla, puede alcanzar un ahorro energético del entorno al 60% respecto a otra que no lo haga. Es decir, una barbaridad.

Esperamos haberte sido de ayuda.

Menu

Close offcanvas menu Close